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Los 5 mejores momentos de Glastonbury 2025

Este fin de semana tuvo lugar la edición 2025 de Glastonbury, con algunas postales memorables que dieron que hablar durante los últimos días. Entre shows explosivos, regresos inesperados y sets atravesados por la política, el festival concluyó con una de las ediciones más comentadas y polémicas hasta la fecha.

1. Charli XCX incendia (literalmente) el Brat Summer

Ni Neil Young ni la mismísima historia del festival pudieron opacar lo que Charli XCX logró el sábado a la noche en el Other Stage. Acompañada solo por luces estroboscópicas y un telón corroído que explotó en llamas al inicio de “Von Dutch”, la estrella pop británica ofreció un show furioso y minimalista, donde la energía de Brat -su celebrado último disco de estudio- dominó todo. «Glastonbury, no se metan conmigo”, advirtió al arrancar. Y no mentía. Ante 60 mil personas, sin bailarines ni invitados (ni siquiera Lorde, presente en el festival), Charli demostró que Brat fue un manifiesto. El espectáculo terminó con fuegos artificiales y pantallas que ilustraban «Brat is forever”.

 

2. Olivia Rodrigo y Robert Smith: un cruce generacional soñado

Con un set que combinó power pop con guitarras estridentes, Olivia Rodrigo selló su consagración definitiva en el escenario Pyramid. Entre «Drivers License», «Ballad of a Homeschooled Girl» y «Good 4 U», Rodrigo sorprendió al invitar a Robert Smith, líder de The Cure, para cantar juntos “Friday I’m in Love” y “Just Like Heaven”.

Probablemente el mejor compositor de Inglaterra”, lo presentó Olivia ante una multitud extasiada. El momento fue una declaración de principios: respeto por la historia, pero con mirada al futuro.

 

3. El «Turnstile Summer»

El hardcore melódico de Turnstile convirtió el Other Stage en un torbellino de moshpits, crowdsurfing y adrenalina pura. Desde que arrancaron con “Never Enough”, quedó claro que el quinteto de Baltimore había llegado a Glastonbury para reclamar su lugar en el altar del verano. Con 15 canciones ejecutadas con precisión demoledora, el show fue una descarga de energía física y emocional. Sin efectos ni discursos vacíos, solo volumen y entrega. Si alguien dudaba de su capacidad para conquistar un público fuera del circuito hardcore, este set dejó las cosas claras: Turnstile es la banda del momento.

 

4. Pulp reaparece con un show secreto

No estaba anunciado oficialmente, pero todos lo sabían: «Patchwork» era en realidad Pulp. La banda de Jarvis Cocker regresó al escenario Pyramid a 30 años de su legendario reemplazo de último momento a los Stone Roses en 1995. Y lo hizo con todo: “Sorted for E’s & Wizz”, “Disco 2000”, “Babies” y, claro, “Common People”, acompañada por un inesperado sobrevuelo de los Red Arrows, el grupo acrobático de la Real Fuerza Aérea. Más allá del guiño nostálgico, el show dejó en claro que Pulp nunca fue una banda más de la grilla. Con letras oscuras, pop disonante y una mirada filosa sobre la identidad, siguen tan actuales como siempre. “Para disfrutar Glastonbury hay que entregarse”, dijo Cocker. Y así lo hizo.

 

5. Kneecap: rap, política y caos

Ninguna presentación generó más debate -dentro y fuera del predio- que la de Kneecap. El trío norirlandés de rap en gaélico transformó su set en un acto político contundente. Desde el montaje de audios que los criticaban (con Sharon Osbourne incluida) hasta los cantos de «Palestina libre» y “Fuck Keir Starmer” -primer ministro del Reino Unido-, el show fue una declaración de principios. Mo Chara, vocalista procesado bajo leyes antiterroristas, gritó al comenzar: «¡Glastonbury, soy un hombre libre!”. Entre drum’n’bass, dubstep y techno, miles de personas se unieron al pogo y a la protesta. La BBC no transmitió su show.

 

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